Nosotros
La vida de Carlos Gil
Nací en agosto del 55 en un hogar con una gran influencia jardinera y posiblemente de las primeras casas que recuerdo, que todos los lunes cortaban flores del jardín para ponerlas en la casa. Viví mi infancia muy feliz en contacto con la naturaleza y gente amante de las flores y de la agricultura, posiblemente esa es la razón de mi trabajo.
Empecé mis estudios universitarios en Guatemala donde aprendí a ver verdaderamente los colores, de sus textiles, la intensidad de los tonos de las flores y la forma de combinarlos sin miedo y con gusto. Esta fue una fuerte influencia para mi carrera como diseñador. Tuve una gran suerte de tener unos padres que siempre me apoyaron pues en ese tiempo las floristerías eran de mujeres.
En ese tiempo, en Costa Rica, el arte floral estaba en las manos de los miembros de los clubes de jardines de todo el país, quienes fueron mis maestros. Tengo que agradecer a tantas personas que me enseñaron, que me atrevo a nombrar algunas de ellas, sabiendo que se me pasaran algunos nombres, pero a todos los llevo igual en mi corazón. Mi primer contacto fue doña Dorothy Pinto, mi guía, quien además me vendió su floristería Horten-Dor. Tenía un grupo de estudios del arte floral con las jueces de flores y plantas del Club de Jardines: Eugenia y María de los Ángeles Carazo, Janette Ortega, Emilia María Pacheco, Giselle de Feoli y muchas más, además, con gran cariño doña Olga de Echandi quien fuera como mi segunda madre. Recuerdo también a miembros de los clubes de provincias que influenciaron grandemente en mi como Ana María Rodríguez, Violeta Miranda, María Esmeralda Hidalgo, Rita Forero y muchas más. La verdad podría hablar de este capítulo de mi vida muchas horas pues esta fue mi verdadera formación.
Cuando empecé con mi pequeña floristería jamás me imaginé que iba a vivir tantas experiencias importantes. He representado a Costa Rica en el arte floral en muchas partes del mundo, entre Europa, América y Asia. Donde tuve oportunidad de trabajar, dar conferencias y sobre todo promocionar nuestra vegetación.
En nuestro taller y con la ayuda de un equipo que me ha acompañado durante años y sin ellos no hubiera sido posible ser lo que somos hoy, se han preparado las flores para la mayoría de las tomas de posesión de los presidentes de Costa Rica, desde la administración de don Rodrigo Carazo en adelante. Muchos eventos importantes que traen a mi mente una serie de anécdotas y experiencias inolvidables como haber conocido personalmente al Papa Juan Pablo II en el Hospital de Niños, llevaba en la bolsa unos rosarios y recuerdo como si fuera ayer que me dijo “Recuerda que Cristo es la paz” cuando me los bendijo.
También en mi mente está las visitas de 4 presidentes de los Estados Unidos, el primero fue el presidente Ronald Reagan. Había un almuerzo en la Casa Presidencial, la decoración eran unos aros de flores muy grandes en las fuentes. Uno de los guardas de seguridad en la mañana, abrió el agua de las fuentes con mucha fuerza, las flores se soltaron y el presidente en ese momento don Luis Alberto Monge me llamo “Carlos las flores flotan, por favor venga a ver qué podemos hacer”. El presidente llegaba al medio día, tenía hasta las 11 para arreglar el gran aro y por motivos de seguridad solo yo podía entrar. Me quité los zapatos para meterme a la fuente y los puse a la par del Pabellón Nacional, cuando los de seguridad del presidente de los Estados Unidos me pidieron que saliera no me dejaron agarrar los zapatos, en las fotos oficiales se ven las puntas de mis zapatos debajo de un helecho. Recuerdo también la cumbre presidencial del presidente George Bush, Bill Clinton y Barack Obama. En estos montajes tuvimos dificultad por la seguridad tan estricta de los Estados Unidos, sin embargo, las 4 cumbres fueron un éxito.
Recuerdo con mucho orgullo la participación de la Feria Verde en Osaka, Japón, pues jamás me imagine que en una feria de semejante calibre me pudiera ganar la medalla de oro, plata y bronce con diseños hechos con flores costarricenses. Para mi fue una gran sorpresa llegar al recinto ferial y que me estuvieran esperando la prensa y todos los compañeros de habla hispana para felicitarme.
Mi fuerte fuera de Costa Rica han sido los escenarios de instrucción del arte floral y las ferias de promoción turística, donde Costa Rica ha ganado innumerables premios. Con mucha emoción coordiné la ejecución de la carroza de Costa Rica en el desfile de Las Rosas en Pasadena, California. Con la colaboración de toda la colonia costarricense ganamos el premio a la mejor carroza no comercial del desfile.
Ha sido también de mis mejores recuerdos haber decorado para los reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía de Borbón. Innumerables miembros de la realeza, primeros ministros, secretarios de estados se han encontrado con flores puestas por nuestra oficina. A raíz de esto tuve la oportunidad de conocer a muchos de ellos.
Una experiencia fuera de sería fue la decoración del buffet para la presentación de La Sociedad Rusa en el Museo del MET en Nueva York. Fue un gran reto pues la sala egipcia la cerraban a las 4pm y el evento era a las 7pm.
En el diseño y montaje de muchos eventos por más de 40 años, hemos acompañado los sentimientos más importantes de la vida de muchas personas. Con grandes y pequeñas bodas que hicieron de ese día inolvidable. Para mi esto ha sido una gran satisfacción por las cartas y mensajes de agradecimiento que he recibido de la mayoría de los clientes devolviéndome el cariño que le hemos puesto a cada uno de los eventos.
Desde el punto de vista técnico la evolución del diseño floral en Costa Rica ha sido enorme en los últimos años. Hemos seguido las tendencias a un nivel que seríamos capaces de hacer cualquier evento en cualquier parte del mundo. El dominio de los materiales tropicales que tantas veces despreciamos por la forma tan fácil de cultivar nos ha llevado a hacer montajes espectaculares que sorprenden a todos los visitantes en las ferias de promoción turística y en mi participación en muchos campos, haciendo de estos follajes una marca representativa de Costa Rica.
Además de todas las satisfacciones la más importante de todas ha sido la compañía de mis cuatro hijos, motivo de mi fuerza y energía hasta hoy. Para tener una vida llena de buenos recuerdos que me hacen sentir que valió la pena haber vivido y lo que me falta por vivir.